Por la Dra. Ángela Gentile
Jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)

La pandemia de coronavirus nos enfrenta a un gran desafío, a un agente poco conocido, donde es muy probable que debamos corregir, agregar y explorar nuevos enfoques de una forma muy dinámica.

La evidencia nos muestra que las personas de todas las edades son susceptibles de contraer la enfermedad COVID-19, siendo los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas los que tienen mayor probabilidad de cursar cuadros de mayor gravedad. Hasta el momento, todos los casos pediátricos con infección confirmada por laboratorio presentaron cuadros clínicamente leves o moderados.

Los datos epidemiológicos actuales con los que contamos hasta ahora, en relación a la población pediátrica nos muestran que:

  • La edad de inicio de la enfermedad varió de 1,5 meses a 17 años, con una mediana de 2 años y 1,5 meses.
  • Aproximadamente el 78% de los casos tuvieron un contacto con casos infectados o eran casos intrafamiliares.
  • Los niños infectados pueden estar asintomáticos o presentarse con fiebre y tos seca, pocos tienen síntomas de las vías respiratorias superiores, como congestión nasal y rinorrea; algunos pacientes presentaron síntomas gastrointestinales que incluyen molestias abdominales, náuseas, vómitos y diarrea hasta en un 10%.
  • La mayoría de los niños infectados tienen manifestaciones clínicas leves y cursan sin síntomas de neumonía con una enfermedad de buen pronóstico. La mayoría de ellos se recuperan en 1 a 2 semanas después del comienzo de la enfermedad.
  • Un estudio publicado recientemente de 44.672 casos confirmados en China, los niños de 0 a 9 años representaron el 0.9% (416 casos) y el 1,2% (549 casos) de 10 a 19 años.
  • Otro estudio, también de China, con 2143 pacientes pediátricos, demostró que 731 confirmados por laboratorio con infección por el virus SARS-CoV-2, el 97% eran asintomáticos o  tenía síntomas leves o moderados.
  • Se ha encontrado hasta un 40% de coinfección con virus influenza A y B, Micoplasma, virus sincicial respiratorio y citomegalovirus.

Es necesario destacar que aquellos con enfermedades crónicas subyacentes sí tienen mayor probabilidad de cursar cuadros de mayor gravedad y deben considerarse dentro de los grupos de riesgo. Entre ellos se encuentran los pacientes: inmunodeprimidos y/o inmunosuprimidos; con cardiopatías congénitas; con enfermedades neuromusculares y encefalopatías moderadas o graves; con patología respiratoria crónica (fibrosis quística, displasia broncopulmonar, oxigenoterapia domiciliaria, traqueostomía, ventilación mecánica domiciliaria, asma grave); pacientes con enfermedad de células falciforme homocigota o doble heterocigota y pacientes con diabetes tipo 1 con mal control metabólico.

En estos grupos, ante la presencia de síntomas como fiebre y tos seca, molestias abdominales, náuseas, vómitos y diarrea, se debe consultar con el pediatra o ponerse en contacto con el servicio de salud correspondiente a la localidad, evitando concurrir a servicios de guardia. Además no deben tomar medicación que no haya sido indicada por el médico.

Las principales recomendaciones para evitar los contagios de COVID-19 son las mismas medidas de prevención que hemos aprendido para todo tipo de virus respiratorios, como la influenza o el virus sincicial respiratorio. Sin embargo al ser un virus nuevo, que nunca ha circulado, es fundamental el distanciamiento social, por el momento es la única “vacuna” de la cual disponemos. Los niños suelen tener síntomas muy leves y pasar más desapercibidos, por lo que es más fácil que tienen la posibilidad de transmitir la infección a adultos y a adultos en riesgo si no se toman las medidas adecuadas, por lo tanto,  podemos pensar esta situación como una oportunidad para incorporar e ir enseñándoles buenas  prácticas de higiene que permitirán reducir la circulación de este y muchos otros virus.

Medidas generales de prevención para la comunidad:

  • Mantener una distancia de al menos 1,5 metro entre personas, tengan o no síntomas respiratorios.
  • Lavado de manos frecuente con soluciones a base de alcohol en manos limpias o con agua y jabón en manos visiblemente sucias.
  • Evitar tocarse el rostro (ojos, nariz y boca).
  • Limpiar y desinfectar diariamente las superficies que se tocan con frecuencia en las áreas comunes de la casa (mesas, sillas, manijas de puertas, interruptores de luz, controles remoto, inodoros, etc.).
  • Limpiar y desinfectar las pantallas con frecuencia, especialmente teléfonos celulares, tabletas y computadoras.
  • Limpiar y desinfectar objetos de uso frecuente, incluidos juguetes y peluches lavables.
  • Toser o estornudar en la región de flexión del codo o bien en un pañuelo descartable.
  • Ventilar los ambientes.
  • En caso de tener síntomas respiratorios usar barbijo (lavado de manos posterior a la colocación del mismo)
  • Es importante que los niños respeten la cuarentena decretada por el Estado Nacional.

Embarazadas y recién nacidos

Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, el conocimiento disponible en relación con el impacto en embarazadas y recién nacidos es limitado. La evidencia científica disponible en mujeres embarazadas afectadas en China no ha demostrado transmisión vertical, y no se ha podido demostrar a la fecha, transmisión del virus SARS-CoV-2 por placenta o leche materna. En relación a los recién nacidos que enfermaron, todos presentaron enfermedad leve.

Respecto de la lactancia materna, no hay evidencia a la fecha de presencia del virus SARS-CoV-2 en leche materna, se sugiere continuar con la lactancia materna.